Receta de kebab de porc negre
¿Te imaginas comer un kebab hecho a base de porc negre?
En Can Company, gracias a la imaginación y creatividad de Xesc Reina, todo es posible.
Apostamos por una cocina versátil y camaleónica que huya de verdades inamovibles. Apostamos por la diversión y por la reinvención de recetas tradicionales.
Por eso, en nuestra nueva receta, hemos decidido hacer un kebab de porc negre a partir de una de nuestras hamburguesas.
¿Cómo conseguir hacer un kebab con una carne poco habitual?
Una de los puntos clave es tener en cuenta es cómo darle a la receta el exotismo propio del kebab. Esos sabores que nos transporten a rincones lejanos.
Para eso haremos un curry casero para aportarle la explosión de sabor que buscamos. El nuestro es sencillo y equilibrado: cúrcuma, cardamomo, pimienta blanca, una puntita de ajo en polvo, hinojo fresco y pimienta de Jamaica, que aportarán el sabor más local.
Un cocinero debe pintar con aromas y jugar con ellos. Por lo que, no os cortéis a la hora de introducir otras especias e ingredientes que le aporten al curry un sabor diferente.
Para trabajar la hamburguesa, la despedazamos en un bol, le echamos parte del curry y la machacamos con las manos hasta extraerle la proteína. Tened en cuenta que todas las burgers de Can Company ya llevan una pizca de sal y pimienta.
Posteriormente, cogemos una parte de la carne y, como si fuera una pelota, hacemos un rulo de carne más o menos largo. Espolvoreamos el curry que ha sobrado en la tabla y hacemos correr el rulo de curry por encima para embadurnarlo bien de sabor y color.
A continuación, lo ensartamos en un pincho de madera y lo metemos en el horno a 170 grados en rejilla unos 5/6 minutos.
El motivo por el que no lo hacemos a la plancha es para no quemar las especias.
Por último, calentamos un trozo de pan, lo abrimos y ponemos un poco de mostaza para darle jugosidad y un punto de aceite, insertamos el kebab y retiramos el palo de madera para poder partirlo con facilidad.
Et voilà! Ya tenemos el kebab más mallorquín que probaréis nunca.
¿Os atrevéis a probarlo y, lo más importante, a hacerlo?
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